Uma Thurman casi murió en Kill Bill 2.

Cuando era una niña su estatura alcanzó a 1,83 por lo que era objeto de burlas. En Kill Bill 2 casi muere al conducir un auto en mal estado…

No le gustó nunca el traje de la saga Kill Bill.

Quentin Tarantino, el director de Kill Bill declaró en varias oportunidades que lo que más le llamaba la atención en las mujeres era el tamaño de sus pies; mientras más grandes, más le atraían, nadie se explicaba porqué. Y Uma Thurman tiene los pies grandes, más grandes que cualquier otra mujer. Calza 42. Y eso fue una atracción para que Tarantino determinara que fuera la figura principal de la saga Kill Bill.

Eso podía explicarse, pero  el accidente que sufrió al conducir un auto en la segunta parte casi le cuesta la vida y la supuesta gran amistad entre el director y su musa quedó totalmente trizada.

En el auto que casi le cuesta la vida.

 

La historia cuenta que Tarantino la presionó para rodar sin dobles una escena de gran riesgo conduciendo a toda velocidad un auto que presentaba fallas en su dirección lo que hizo que la actriz perdiera el control.

Ella explicó que la carretera no era segura y el auto no soportó la velocidad. El volante se le clavó en el estómago y sus piernas estaban atascadas.

La actriz recuerda el episodio y dice que pensó que no volvería a caminar nunca más. Fue internada en un Hospital y salió enyesada y llena de heridas en distintas partes del cuerpo e incluso con un bulto en la cabeza que tardó meses en desaparecer. Luego declararía a The New York Times que Tarantino y el equipo sabían de los defectos del auto y no dijeron nada, es más, cuando ella salió del hospital y pidió revisar el vehículo, este había desaparecido.

 

 

Thurman agregó: las circunstancias fueron negligentes hasta el punto de la criminalidad, apuntando hacia los productores y al director Tarantino, el que se mostró profundamente arrepentido de haber pensado en esa escena. Uma acusó al director de intento de asesinato. Para mí fue una pesadilla, contó.

Y otra cosa curiosa y anecdótica de Kill Bill: a Uma Thurman no le gustó nunca el traje de color amarillo que debía lucir. No se explicaba el porqué.

Odiaba la vestimenta amarilla.

 

Odiaba la vestimenta amarilla. La odió siempre. Pensaba que parecía una paleta de plátano. Ella simplemente no estaba conectada con eso.

Increíble: al público le gustó, fue uno de los grandes atractivos de la saga.

Puede suceder que después de todo esto no se llegara a grabar Kill Bill 3. Fue un gran filme para el público, pero una pesadilla inexplicable para la actriz.

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